Este pueblo propone soleadas jornadas junto al Atlántico. Su pintoresco refugio de pescadores,con barquitas pintadas en vivos colores y sus hombres arreglando sus redes y sus aparejos, constituye una de sus más bellas estampas. Cuenta también con piscinas naturales, como la del Arenisco.
Su privilegiado clima de Punta del Hidalgo, junto con su diversidad natural, la convierte en una de las zonas más apropiadas para la práctica de deporte al aire libre como el senderismo o la bicicleta. La exuberante naturaleza del Parque Rural de Anaga en la mejor excusa para recorrer a pie los múltiples senderos que la surcan. Verdes y espectaculares, resultan especialmente recomendables los de Chinamada.
La pesca tradicional y la agricultura siguen configurando la base económica de esta zona, además de un turismo incipiente amante de la naturaleza y de la tranquilidad.
Uno de sus símbolos más reconocidos es el faro.
Las fiestas populares de la Punta del Hidalgo se celebran en el mes de agosto, el día de la virgen de Carmen. La vigen es embarcada al atardecer y desde el mar tiran fuegos artificiales en su honor.
La costa de Punta del Hidalgo ofrece preciosos enclaves para disfrutar de agradables baños de sol y de mar. Playas de roca o arena, como la de San Juan o El Roquete, o las bellas piscinas naturales, son alternativas perfectas para el relax.
La Naturaleza ha sido generosa con esta zona y ha dispuesto maravillosos parajes como el Roque de los Dos Hermanos o los múltiples charcos intermareales.
El Parque Rural de Anaga propone impresionantes vistas sobre el Atlántico y pequeños rincones donde disfrutar de la naturaleza en su estado más puro. Entre la flora de este espacio protegido destaca la laurisilva, un bosque de lauráceas de gran valor, ya que constituye una auténtica reliquia viva, procedente de la Era Terciaria.
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